Este
conjunto residencial se encuentra ubicado en el bosque de la Devesa del Saler,
un espacio situado al oeste del cordón dunar conocido como la Mallada del
Saler.
El
edificio, diferenciado en tres partes, según los diferentes programas, es capaz
de establecer cierta comunicación con el entorno para lograr la correcta
localización de cada una de sus partes, entendidas, como es lógico, por un
cierto edificio.
Esto se consigue gracias a la
gran longitud del edificio, que es capaz de ir atravesando las diferentes zonas
que componen este bosque, conectando la zona dunar situada al Este, con una de
las partes más densas y boscosas de esta parcela.
En
un primer recorrido Este-Oeste, encontramos la parte del programa referente a
la zona de trabajo e investigación. Este extremo del edificio precisa de una
mayor cantidad de luz además de que se trate de una iluminación continuada
durante el mayor tiempo posible del día. Por ello, se disponen unas grandes
aberturas situadas al Norte. Además, la zona de asentamiento de esta parte del
programa no destaca por la presencia de altos elementos que interfieran en este
sentido, por lo que podemos decir que se traba de un lugar idóneo.
El
único problema que podemos encontrar es la cristalera que discurre al lado Sur,
la cual puede llevar a un molesto calentamiento del lugar. Esto se consigue
resolver por su a amplia cota y por otro factor que hasta ahora no habíamos
tenido en cuenta: los vientos predominantes del lugar. Decir que este conjunto
residencial y de investigación se encuentra en la dirección perpendicular a la
de los vientos, con lo que producir una ventilación cruzada que refrigere la
pieza en días de excesivo calor no debe suponer ningún inconveniente, dada su
escasa profundidad.
En siguiente lugar encontramos
la zona de administración, la cual sirve de nexo de unión entre las otras dos
partes del edificio. Podría asimilarse a una rótula que articula y une dos
grandes vigas.
La
zona de residencia, o ala Oeste, es la que se encuentra inmersa en el bosque.
Se trata de una zona más tranquila, recubierta por las copas de los grandes
pinos del bosque. Esta sensación del “doble refugio” me lleva a la conclusión
de que transmite una agradable sensación de confort. De ahí mi interés por
lograrla.
Esta parte del
edificio, al contrario que parte de trabajo y administración, se encuentra a
nivel del terreno, fomentando ese contacto con la madre naturaleza. Otra
diferencia con respecto a las otras zonas, es que el corredor se sitúa a Norte,
permitiendo la iluminación Este de las estancias.
En
lo referente a la recogida de agua, está por concretar un sistema de recogida
de la misma en la cubierta y su canalización a un plano inferior al edificio,
bajo tierra, manteniendo el agua a una temperatura idónea para su correcto
almacenaje. El inconveniente de este sistema, es su necesaria elevación hacia
los distintos lugares de uso. Creo que es esto preferible a una mayoración de
la estructura derivada del almacenaje de agua en la propia cubierta.
Con
respecto a la zona de cultivo controlado, así como unos cambiadores y unos
aseos, está pendiente de su ejecución. Ésta se realizará en una parte algo más
alejada de este conjunto. La construcción de esta pieza se resolverá a un nivel
semienterrado en el terreno. Esto, junto con una cubierta ajardinada, se
conseguirá “ocultar” esta nueva pieza en el entorno.
Como conclusión, decir que está
pendiente una revisión de las dimensiones de la pieza, dado que en este momento
sobrepasan los 660 m2. Aunque con un posible acortamiento de la biblioteca y de
la sala de catalogación me acercaría a la cifra de 595 m2, lo cual empezaría a
estar dentro de los márgenes.